El daño que me hizo fue mucho y la verdad es que estaba muy dolida no podía escuchar su nombre que mi ojo derramaba una pequeña lagrima y mi corazón se paraba por un segundo.
Lo único que hacía era quedarme en mi casa, en el sofá comiendo chocolate y viendo la tele. Me conectaba y le decía a todo el mundo que estaba bien, pero en verdad no lo estaba.
Lloraba casí todos los días y me repetía a mi misma que era una tonta estupida, me miraba al espejo y empezaba a llorar.
Todo lo que tocaba o todo lo que la gente decía me recordaba a él.
Sí, era exagerado pero es que una persona no puede controlar sus sentimientos y cuando eres adolescente todo es mucho más doloroso porque no sabes como puedes afrontarlo y lo único que sabes hacer es quedarte triste o llorando.
Y ahora lo que juro a mi misma es intentar no sufrir ya tanto por un chico que no vale la pena.
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